7 mar 2019

Los problemas de las bicicletas eléctricas


Tras el "boom" de las bicicletas eléctricas o/y de asistencia eléctrica de hace unos años, ahora cada vez veo menos bicicletas de ese tipo. Me pregunto qué ocurre, y no creo que sea solamente que las baterías se estén "cayendo" y que sus compradores empiecen a descubrir que te cuesta tanto la batería como la bici entera (que también), sino que, sobre todo, pienso que sus usuarios nunca fueron auténticamente ciclistas. O la mayoría realmente no amaba la bici.

Por regla general, quien adquiere una bicicleta eléctrica es porque odia pedalear, o no puede hacerlo al mismo ritmo de su juventud. En lugar de ir más tranquilo, o adquirir una bicicleta "de paseo", siguen en sus trece con esos "armatostes" de rueda de 29", pero ahora con la ayuda de un motor eléctrico. No tardan en darse cuenta, entonces, que tienen que pedalear igualmente, a no ser que corran el riesgo de que la bicicleta les deje colgados en el momento más inoportuno (en mitad de una subida empinada, por ejemplo), con lo cual al peso de la bici, tienen que sumar entonces el de todo el sistema eléctrico. En el mejor de los casos pon del orden de 22-24 kilos. Una barbaridad.




La mayoría, como no quieren la bici sino un transporte en donde no tengan que mover su cuerpo demasiado, pues van arrinconando la bici y eligiendo su auto, o su motocicleta o scooter, que les lleva a los mismos sitios (incluso más lejos) y no tienen que hacer esfuerzos. Reservan la bici para esos dos o tres días de alguna semana de vacaciones, para alguna salida esporádica, encontrándose entonces con el otro gran problema de este tipo de bicicletas: que la batería siempre está vacía, o que no carga completamente, o que no tiene la autonomía que se le espera.


En resumen, que acaban con un "tocho" de bici que no pueden mover ni con una grúa, con un "tocho" de batería de la que han aprovechado muy poco de su vida útil, y con la conclusión de que la bici no es para ellos, dejándola en el trastero como dejaban todas las anteriores, o aún peor: tirándola a un vertedero.

Si te gusta moverte en bicicleta y el ciclismo, un medio alternativo para hacerte más tranquilos y "asimilables" los viajes muy largos es la bicicleta eléctrica, es indudable. Ahora bien, en distancias más cortas o en otro tipo de terrenos, lo mejor es una ligera bicicleta convencional. Pero si no te gusta ni lo uno ni lo otro, comprarte una bicicleta eléctrica es un error, estarás tirando una enorme cantidad de dinero en algo que no le sacarás todo el rendimiento y que, además, te decepcionará.


| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com

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